Hoy me apetece compartir con vosotros una canción que me parece extraordinaria, y no porque sea de mis paisanos Los Aslándticos o porque sea la favorita de mis hijos, que la cantan en el coche a cada rato.
Cuando la escuchéis, seguro que me vais a entender.
Es un regalo que os hago y que después os podéis regalar siempre que lo necesitéis. Estoy segura de que logrará lo que quien la compuso pretendía: una sonrisa.
Hoy ya está bien - Video oficial
Hoy ya está bien - En directo
tejadosdechocolate@gmail.com
martes, 9 de julio de 2013
viernes, 24 de mayo de 2013
La Inteligencia de las Palabras
Hoy, 24 de mayo, se publica mi primer libro y, si
os fijáis en el calendario, os daréis cuenta de que es el día de María Auxiliadora. ¡Buena madrina!
La
sensación de verlo en una estantería de cualquier librería rodeado
de otros cientos, de miles, tan discreto bajo sus pastas
blanditas, se me hace rara. Por mí, porque ese nombre que figura en
la portada lo reconozco como mío, y por él, que hasta ahora era el
rey de la casa y ahora es uno más, perdido en medio de una marabunta
de historias que reclaman ser leídas. Me parece ese niño pequeño
que llega al colegio por primera vez y se encuentra con cincuenta, o incluso cien o más personajes de su tamaño deambulando por un patio desconocido en el tiempo del recreo. Allí no es el príncipe de ningún
país, ni el capitán del barco pirata, ni el mejor futbolista del
mundo... Es uno entre tantos. Y además, se ve obligado a eso tan difícil que
llaman socializar y que consiste en compartir entusiasmos y
llantinas propios y ajenos, quieras o no.
Si
lo encontráis por ahí, sed generosos con él y leedlo.
Si
no lo encontráis, pedídmelo y os lo haré llegar (tejadosdechocolate@gmail.com).
Si
no os interesa, leed otro cualquiera. Eso es lo realmente
importante.
Espero que os haga pasar un buen rato, o no, que nunca se sabe.
Y
para abrir boca, aquí os dejo un fragmento del capítulo XII de la
segunda parte.
“Su
búsqueda la llevó cerca del puerto. Empapada y sin aliento, comenzó
a frenar su carrera al comprobar lo infructuoso de la misma. Decidió
volver sobre sus pasos, desanimada por no haber conseguido el objeto
de su persecución. Lentamente se fue acercando de nuevo hacia la
tienda de sombreros, cabizbaja y muerta de frío cuando, al girar en
una esquina, levantó la cabeza y se le heló la sangre en las venas.
A escasos centímetros de ella, aquellos ojos verdes la esperaban
impasibles. Como si supiera que aquel iba a ser su camino de regreso,
el desconocido la aguardaba bajo la lluvia con una sonrisa tranquila.
Vera se detuvo en seco atrapada en su mirada. A tan corta distancia,
le pareció mucho más alto y fornido que en las otras ocasiones.
Siendo humano, le hubiera calculado unos cincuenta años, pero lo
cierto es que no sabía ante quién estaba detenida. Y su aroma...
Desprendía un aroma dulzón difícil de clasificar que la atraía sin explicación”.
tejadosdechocolate@gmail.com
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martes, 23 de abril de 2013
Leed, Leed, Malditos
Hoy es el día del libro.
La mejor manera de celebrarlo es empezar la lectura de uno de esos que nos llama a gritos desde el silencio de su portada, de esos que empiezas a leer sin saber muy bien por qué y sientes que se derriten en tu imaginación como un bombón en tu boca.
Ya que por este medio cibernético no puedo ofreceros ni libro ni rosa, os dejo como regalo para festejarlo una viñeta que espero os haga sonreír.
¡Qué acertado nuestro Mortadelo!
tejadosdechocolate@gmail.com
La mejor manera de celebrarlo es empezar la lectura de uno de esos que nos llama a gritos desde el silencio de su portada, de esos que empiezas a leer sin saber muy bien por qué y sientes que se derriten en tu imaginación como un bombón en tu boca.
Ya que por este medio cibernético no puedo ofreceros ni libro ni rosa, os dejo como regalo para festejarlo una viñeta que espero os haga sonreír.
¡Qué acertado nuestro Mortadelo!
tejadosdechocolate@gmail.com
viernes, 15 de febrero de 2013
Tiritas
Cuando
ves que alguien cercano a ti sufre por el empeño desmedido de la
vida de apretarnos las tuercas cuando estamos descuidados, te dan
ganas de subir al cielo a pedir explicaciones más allá de esa
puerta que San Pedro protege. Pero como no hay escalera que nos
facilite la ascensión, y tampoco está muy claro que allí haya
vecindario, lo único que nos queda es tratar de disimular esa espina
clavada en el corazón. A modo de tiritas, tanto vale una sonrisa
como una caricia o la sencillez de la compañía.
Las
palabras mejor dejarlas a un lado, por manidas y repetidas: somos muy
poco originales los humanos cuando algo se nos escapa de las manos, o
bien, nos importa tres pitos el pellejo ajeno, pero hay que cumplir con el pésame de rigor,
que para eso estamos todos muy bien educados.
Yo
apuesto, sin embargo, por la poderosa fuerza de un paseo tranquilo,
una cama recién vestida, un buen desayuno, la piel suave después de
un baño; una película mil veces repetida o una vieja canción;
acurrucarse en un rincón desgajando una magdalena... Y dejar pasar
los días sin prisa, hasta que la vida afloje esas tuercas que nos
atenazan.
Ayer
fue el día de los enamorados, una tirita como otra cualquiera. Buena
excusa es, por muy comercial que sea, si sirve para alegrarnos el
día. Seguro que a San Valentín no le importaría ver su nombre en
los escaparates si con ello ilusiona un solo corazón herido.
Gracias por esa tarta en forma de corazón regada de chocolate. Y
enhorabuena a todos los que recibieron una, haciendo ese día
diferente al resto de los días.
jueves, 10 de enero de 2013
Mi Verbo Favorito
No
hace mucho descubrí una palabra, desconocida para mí, gracias al célebre Víctor Hugo y sus miserables. Una palabra que he
decidido que marque mis pasos durante el 2013.
Jardinear.
¿A que suena preciosa? El diccionario de la Real Academia Española,
cumpliendo con su tarea, me aclaró que significa trabajar el jardín
por afición, por el simple placer de hacerlo. Me pareció tan
prodigioso el concepto que aún estoy impactada.
Por
fin he comprendido el sentido auténtico de verbos como pasear,
corretear, callejear, carcajear, cuchichear, curiosear o desear. Los
académicos deberían añadir a las tres terminaciones verbales de
toda la vida, una más: verbos terminados en -ear, aquellos que
implican realizar una actividad por puro (o impuro) placer.
De
ahora en adelande, pienso dedicar todo el tiempo que la vida me deje
a conjugar estos verbos. Y, además, pienso añadir algunos más que
espero que la RAE incluya alguna vez en su diccionario. ¿Qué tal
cocinear, viajear, trasnochear o novelear? Seguro que se os ocurren muchos más.
Aquí os dejo mi deseo para el 2013 gracias a George Michael y la maravillosa Linda Evangelista: Freedom
Aquí os dejo mi deseo para el 2013 gracias a George Michael y la maravillosa Linda Evangelista: Freedom
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