En su casco antiguo, en sus iglesias fernandinas, en su sierra, en la ribera de su rÃo se respira una atmósfera profunda que no sabes muy bien si está fuera o dentro de ti mismo, pero que te envuelve con vehemencia. Una mezcla entre soledad y compañÃa que surge de la propia tierra impregnando todo lo que entra en contacto en ella.
¿Sabéis que los que viven a ras de tierra viven más años, con mejor calidad de vida y con una lucidez mental singular? De la tierra brota la vida, de ella captamos la energÃa que nos mueve y, seguro que por eso, la propia vida nos aboca a regresar a ella llegado el momento.
Córdoba es la ciudad de Dios desde sus entrañas hasta el cielo que la cubre. Deseo firmemente que el libro os guste y cuando algo se desea con tanta fuerza, siempre ocurre.
tejadosdechocolate@gmail.com
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