Rafa
siempre dice que si escribiéramos en un papel el futuro de algunas
personas y lo releyéramos al cabo de veinte años, no habríamos
errado ni un ápice. Porque hay cosas que se ven venir, que avisan de
su peligro. Normalmente ocurre que las ve todo el mundo menos el que
debería estar más interesado en verlas por ser el futuro receptor
de la desgracia que acarrean. Y normalmente, los visionarios no dicen
nada, o sí, pero como si no.
Ayer
ocurrió eso que Rafa siempre dice. De repente, en medio de la
sección de lácteos de Mercadona. 20 años después. Eso lo sabía
yo, dije. Pues haberlo dicho, se quejó. Pero si te lo dije de mil formas. Ya lo sé.
No
me gustaría que nadie pudiera escribir mi futuro con tal
clarividencia en un papel. Que la capacidad de sorprender no se me
termine nunca porque entonces estaré muerta.
Al
final de la Rambla
me encontré con la Negra Flor
que creció tan hermosa
de su tallo enfermizo
Al final de la Rambla
me encontré con la Negra Flor
¿dónde vas negra rosa,
me regalas tu amor?
Que tu pena fuera sólo por mi culpa
que mi culpa fuera sólo por amor
que los besos, flores negras
de la Rambla son
me encontré con la Negra Flor
que creció tan hermosa
de su tallo enfermizo
Al final de la Rambla
me encontré con la Negra Flor
¿dónde vas negra rosa,
me regalas tu amor?
Que tu pena fuera sólo por mi culpa
que mi culpa fuera sólo por amor
que los besos, flores negras
de la Rambla son
o de un
rincón